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miércoles, 20 de febrero de 2013

Política 101

Pero la ola criminal no solo es culpa del Gobierno y su ineptitud. La ciudadania también ha contribuido grandemente a lo que estamos viviendo a diario. Hemos demonizado al policía, hemos suplantado los valores del trabajo y la educación por la vagancia, el ocio y la ostentación. Hemos criado a generaciones bajo los auspicios de un capitalismo desmedido, donde valemos por lo que tenemos y no por lo que somos en esencia. Hemos logrado crear brechas sociales y crear un sistema de pseudo castas, aunque la realidad es que la clase media trabajadora esta desapareciendo, siendo absorbida en su mayor parte por la clase pobre, y algunos "bolsillos" (palabra de moda) siendo absorbidos por la clase acomodada. Vemos el crimen y no Cooperamos con la uniformada; nos hemos criado en una sociedad donde al "chota" le "dan pabajo", donde informar de un crimen (a menos que aparentemente sea cometido por algún policía, ahí llueven los testigos) cometido es ser "chota" y se paga con la muerte. Despreciamos el trabajo y preferimos regodearnos en la mediocridad y holgazaneria, sin esperanza de crecer como individuos, donde escogemos sacrificar paz, tranquilidad, estabilidad, y orgullo por vivir mas o menos comodos aunque sujetos a las reglas de aquellos que son los responsables del mayor porciento de asesinatos y enfermedad entre los nuestros: los narcotraficantes. Y si hablo de poblaciones que viven en zonas de presión social, donde los criminales y narcotraficantes prefieren eregir sus imperios y fortalezas a sabiendas que se pueden beneficiar de un sector de la sociedad marginado, fácil de explotar. Estos sectores de la sociedad, han sido blanco de criticas (inclusive mías) por su aparente desden por el trabajo y la educación, y por su gusto aberrante por la vagancia y el ocio, sin embargo hay que ser justos en que el Gobierno así los ha criado por décadas; si a ti te crían en un ambiente marginado, sin desarrollo y donde el Gobierno lo que hace es tirarte comida en el plato, pagarte la luz y el agua, y darte dinero por estar en tu casa y por tener hijos, quien quiere trabajar? Así te criaron y así tu ves que pasa con tus hijos, hemos visto la institucionalización del mantenido. En vez de ofrecer alternativas reales para que estas comunidades puedan despegar, solo se dedican a botar billones de dolares al zafacon, estancando esas comunidades y dándole a los criminales terreno fértil para crecer y reclutar personal (donde el orgullo de ser de tal o cual residencial no esta ligado al lugar de origen perce, sino a pertenecer o ser accesorio del imperio criminal de fulano o zutano). Esta dicho, dale un plato de comida a un hombre, y este comerá ese día, ensenelo a pescar o trabajar la tierra y nunca mas pasara hambre; mientras sigamos manteniendo estancadas las comunidades en la marginación y el mantengo, los criminales seguirán prosperando.

    De la misma forma, vemos como un grupo cada vez mas reducido de personas mira por encima del hombro a los demás mortales, en el argot popular a estas personas se les conoce como "guaynabitos" (y que conste no tengo nada contra la gente de Guaynabo). Tiene profesiones de alta remuneración, viven en sectores exclusivos (si esas casas de "bajos 275,000, 350,000 y 400,000 USD"), y crian a sus hijos en una burbuja de oxigeno rancio donde no respetan a nadie que no sea de su nivel social (de su pseudo casta), estimulandolos y dándoles rienda suelta a sus desmanes, como el motín que se formo en un centro comercial del área metro, donde la inmensa mayoría de los involucrados tenían el sello y etiqueta de ser hijos de "guaynabitos" y no hijos de residentes de sectores, barriadas, residenciales, o urbanizaciones de menor monta (visto por mis propios ojos). Encuevados en sus comunidades amuralladas, nadie sabe lo que ocurre alli, cuando la realidad es que los criminales especialmente los narcotraficantes se han ido sofisticando, y han tomado el buen gusto a pecho, ellos dejan que sus soldados de linea se den golpes en el pecho diciendo que son de tal o cual residencial o sector, mientras ellos, los pejes gordos viven en las urbanizaciones de lujo que conocemos: Encantada, Paseos, Montehiedra, por mencionar unas pocas. Y como dijo un analista político en radio, la caridad, la cooperación, la obra social viene en su gruesa mayoría de la gente humilde, de la gente trabajadora, porque sabe lo que es el sufrimiento, sabe lo que es el venir de abajo. La obra social de los "guaynabitos" es minúscula, y en su mayoría se suscribe a dar dinero que pueden reclamar como caridades a la hora de pagar contribuciones; verlos con las mangas enrolladas bregando con gente enferma y necesitada es un milagro, y si ocurriese solo es necesario ver sus caras para denotar la hipocresía y el asco. Ellos parece olvidan ser parte de una sociedad mayor a las pequenas claques a las que pertenecen y se precian de ser miembros, se necesitan aportaciones genuinas, que no solo sirvan para pedir rebajas a la hora de pagar contribuciones, sino que ayuden al crecimiento del País de forma real.

   

    Hemos hablado de problemas, ahora busquemos soluciones. Ya nos encontramos en un punto donde es imperante tomar acción para contrarrestar la ola criminal que nos esta arropando. Esto es un esfuerzo conjunto donde tanto el pueblo como el gobierno tienen que poner una sola mira y un solo objetivo.  El criminal se ha envalentonado porque cree que tiene el sartén agarrado por el mango, aterrorizando al pueblo y burlándose del sistema legal de Puerto Rico. El tiempo de los panos tibios termino, ya no podemos seguir sintiendo empatia por los criminales, provengan de donde provengan, sea de Montehiedra o de Monte Hatillo. Somos mas los ciudadanos decentes que los criminales, sin embargo, nos vemos asediados por estos. Hay que estructurar un plan nacional y comenzar a trabajar desde ya, aunque estemos comenzando en cero, pues todo primer paso es el mas difícil de dar.

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