Política 101: Carta Abierta Parte 1 ECONOMIA

Saludos a todos nuestros seguidores de Apoyando lo de Aquí. En este espacio vamos a exponer una serie de circunstancias, situaciones y alternativas para echar a Puerto Rico hacia adelante. En esta primera parte de una carta abierta escrita por este servidor y enviada a distintas personalidades de la política y del mundo de las comunicaciones en el 2011. Aquí tenemos una parte de el contenido de la misma:

La economía está pasando por unos tiempos inclementes. Globalmente, los diferentes países están viviendo momentos fuertes, donde muy escasas naciones han logrado mantenerse con fortaleza y solidez económica. Puerto Rico no es excepción, y por su relación política con los Estados Unidos, nos hemos visto ligados a los vaivenes de la economía norteamericana. Puerto Rico, que a inicios del siglo XX había desarrollado una industria de producción agrícola, la cambió por una de manufactura y desarrollo industrial a mediados de siglo, para ir devolucionando a una industria de consumo, mantengo, en conjunto con una subcultura de narcotráfico (que luego discutiremos).  Hoy en día, no sembramos, no desarrollamos, y lo poco que producimos, lo hacemos para terceros fuera del país; en una crisis alimentaria global, Puerto Rico pasaría a ser Somalia en cuestión de semanas si el Gobierno y la ciudadanía no toman cartas en el asunto. No espere que lluevan alimentos por paracaídas ni que FEMA instale centros de repartición de alimentos, si la crisis es global, primero van los de primera categoría (estados federados) y luego si sobra van los de atrás (como dice la canción).
 
                Económicamente, somos la jurisdicción más pobre de los Estados Unidos. Si comparamos el costo de vida vs. el ingreso per cápita, también somos una de las más caras sino la más cara. La realidad es que si el sector privado representa el mayor proveedor de empleos actual dentro de Puerto Rico, tenga la seguridad de que aproximadamente tres cuartas partes de los asalariados ganan el mínimo federal, lo que equivale a un salario de hambre. Las cosas están malas, es el lema de los pequeños, medianos y grandes comerciantes, y con mucha razón. La actividad económica de Puerto Rico es anémica,  sino pregunte las razones de tanta gente declarándose en quiebra a nivel personal y comercial. Vivimos del crédito, y como todo éste llega a un límite, donde ya no hay para seguir tomando prestado, y nos quedamos con deudas exorbitantes que nos serruchan los $256 promedio que gana semanalmente una persona que trabaja por $7.25 la hora. Seguro, hay que vivir hasta donde el pie alcance dirán muchos, pero precisamente hemos sido educados por generaciones a una cultura de consumo y ostentación, donde somos por cuanto tenemos. Y no entraré a discutir las virtudes y defectos del capitalismo, ya que es el sistema económico que tenemos en el momento y no creo que vaya a ser cambiado pronto. Por tal razón, dentro de ese sistema existen soluciones viables para que todos podamos ganar: Gobierno, empresa privada, y el pueblo.
 
                Si bien el salario mínimo federal como ya mencionamos es de $7.25 la hora, esto no implica que jurisdiccionalmente, los estados no puedan tener salarios mínimos mayores al federal. Un salario que traería no sólo justicia social, sino que sería el catalítico para reiniciar nuestra economía deberia rondar los $11.00 la hora. Muchos se alarmarán y gritarán que esto los llevará a la ruina; sin embargo aquí entra el Gobierno en acción. Si el patrono aportara 7.25 y el Gobierno subsidiara el 3.75 adicional, llegaríamos a los $11.00 la hora, que en una jornada de 40 horas equivaldría a $440 dólares semanales y $21,120 por año. Ahora otros dirán eso es imposible, no hay dinero. Lo primero es que aún con este aumento jurisdiccional, ningún puertorriqueño se va a hacer rico, pero sí va a tener más dinero disponible para pagar sus deudas, para adquirir bienes  y servicios brindados por la empresa privada, y según la reforma contributiva actual, más contribuyentes podrán pagar al erario público sin que se queden sin dinero. Lo segundo es que el dinero está ahí, Puerto Rico recibe billones de dólares en ayudas por parte del gobierno federal. Ahhhh, los cortes que se aprobaron, dirán otros, pero esos cortes lo que implican es que no habrán más aumentos paulatinos en los próximos 10-12 años. Si el Gobierno administrara correctamente esos fondos, en vez de tirarlos al zafacón del mantengo y el fomento de parasitismo social, los utilizara para dar justicia salarial al puertorriqueño, no sólo engranaríamos el motor de la economía, sino que también lograríamos proyectar salarios realmente competitivos que motiven al puertorriqueño a querer sudar lo obtenido.