Como ya hemos visto la carrera magisterial es una sacrificada. Mas allá de un sueldo subpar, de un sistema obsoleto, de una sociedad hostil que no le da al maestro su debido sitial como transmisor de los conocimientos y responsable de que las generaciones futuras tengan conocimiento y no sean morones funcionales, la carrera magisterial no puede ser vista como un trabajo mas. El maestro genuino, autentico se entrega por completo a sus estudiantes, obviando las condiciones paupérrimas en las que trabaja, no regala notas, ni pasa estudiantes solo por salir del paso. Entendemos (mi persona y la Sra. M. Martinez colaboradora en esta parte del ensayo) que dentro de la matricula magisterial del País, existe una mayoría que cumple con las expectativas del rol del maestro, sin embargo también se da un numero (mayor al que desearíamos) de personas que no están por la vocación y si por el cheque. Existen profesiones que siempre van a estar ahí: maestro, bombero, policía, soldado, y a pesar que no sean las mejor remuneradas, son usualmente estables una vez tu te encuentres dentro de alguna de ellas. A pesar que cada una de ellas exige niveles de compromiso y profesionalismo que exceden los parámetros regulares, son varios los que están ahí sin exhibir ni lo uno ni lo otro, simplemente estar ahí, hacer el aguaje para cobrar un cheque los días 15 y 30. Así estamos viendo como una sociedad que culturalmente se va embruteciendo, solo con ver lo mas elemental: la ortografía. Busque desde un niño de primaria hasta un adulto (profesional o que no trabaje) y póngalo a escribir para que vea la sarta de horrores ortográficos que comete. Y no hablamos de una palabrita mal escrita en toda la oración, estamos hablando de la oración COMPLETA mal escrita. Y aunque parezca trivial, esto es un barómetro preciso de un proceso involutivo que llevamos como pueblo. Estamos a tiempo de atajar el problema, pero requerimos un verdadero sacrificio como colectivo y no seguir aplastando a aquellos que llevan la mayor carga económica, social y moral: el asalariado que a diferencia del parásito que le dan todo y el rico que todo lo posee, debe sudar y trabajar para ganar el sustento de su familia.
El dinero esta (la mayor tajada del presupuesto insular), el recurso humano esta (a pesar que ciertamente se necesitan mas maestros), ahora falta canalizar correctamente los recursos, agilizar los procesos, revisar los modelos educativos, y socialmente orientarnos hacia el amor por la educación. Contamos con todas las piezas del rompecabezas para lograr que nuestro País sea uno de progreso cultural, pero debemos encaminarnos en la misma dirección y buscar el mismo norte. Tenemos que abandonar las tribus, y reconocer que somos un solo pueblo, un solo Puerto Rico; abrazar nuevamente el amor por la educación y el valor al trabajo. Solo así podremos salir de la charca sucia donde estamos tumbados boca abajo. Un pueblo sin educación esta destinado al fracaso y a ser borrado de la historia de la humanidad, no podemos permitir que ese sea nuestro desenlace. Puerto Rico es un país de hombres y mujeres grandes sacrificados, trabajadores, tenemos que sacudirnos el marasmo que nos tiene ahogados en un mar de mediocridad y charlatanería por tantas generaciones.
Auspicia lo bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario